Escribiendo Hojas En Un Libro
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 El destino así lo quiso.

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Carlita
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Carlita


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MensajeTema: El destino así lo quiso.   El destino así lo quiso. Icon_minitimeVie Ago 19, 2011 2:48 am

Tenías cuatro años cuando lo conociste, era el primer día de preescolar cuando entraste a la salita que te había tocado, te sentaste en un banco que se encontrara libre y lloraste con todas tus fuerzas porque te costaba separarte de mamá y no entendías porque desde ahora debías hacerlo.

Él tenía un año más que vos, y con cinco añitos fue el primer compañerito que se te acerco para defenderte de unos nenes que te molestaban por el solo hecho de que llorabas pidiendo los brazos de tu mamá. Te ofreció una de sus manitos y te acompaño hasta el baño de las niñas, donde te espero afuera mientras vos te limpiabas tu rostro rojo por el llanto.

-Me llamo Emanuel-te había dicho con una sonrisa en su rostro-¿Vos?

Lo miraste por segundos y desviaste tu mirada hacia el suelo…-Me llamo Sofía-le respondiste tímidamente. Una presentación a lo adulto ¿no?

Pero la verdad es que desde ese día donde dos pequeños como ustedes intercambiaron sus nombres, lograron algo que si se lo proponían no hubiera sucedido, se habían hecho los amigos más inseparables que existían.

No había tarde en la cual alguno de los dos se le colgara en la pierna a su madre rogándole que le de permiso para ir a la casa del otro, no había noche donde no cenaran juntos como todos unos adultos, porque ustedes se sentían mayores cuando les colocaban sus platos y sus cubiertos, sus madres se hicieron amigas en consecuencia a su amistad por lo que significaba mas tiempo juntos y mas felicidad para ambos.

Para cuando vos tenías siete años comenzaron a dar el paso de quedarse a dormir en la casa de un amigo, en este caso el amigo era Emanuel, y viceversa también sucedía. Disfrutaban el sentarse en el marco de la ventana y observar las estrellas o que te acostaras y él te contara alguna de las tantas historias que el padre le inventaba hasta que te quedaras dormida y recién ahí Emanuel se acostaba en el colchón que siempre le preparan y se disponía a dormir.

Cuando comenzaron la primaria creyeron que irían en cursos distintos pero una alegría se llevaron cuando sus madres les contaron que estarían juntos, con el tiempo se comenzó a notar los distintos cambios que la vida les traía, vos ya no eras esa nena que se conformaba con ver a Batman y Robin en la tele o jugar con camiones para dejar contento a tu amigo sino que ya había llegado la etapa donde te convertías en toda una señorita y él en todo un señorito, cada uno comenzó a tener sus grupos de amigos, sus pasatiempos en el caso de Emanuel el futbol ocupaba parte de sus tardes luego del colegio y en tu caso el hockey era la pasión por el cual pasabas horas entrenando, a pesar de todo esos cambios se habían prometido seguir unidos como siempre.

Y lo cumplieron al pie de la letra hasta que llego séptimo y con el viaje de egresados, destino: Carlos Paz, una de las tantas noches que habían ido a disfrutar de algún baile te enteraste por medio de una amiga que Emanuel, o Ema como lo llamaban todos, había dado su primer beso con nada menos que tu mejor amiga, te sentiste traicionada por tu amiga y sobre todo por él, ese día habías descubierto que te habías enamorado de tu mejor amigo, tu mejor amigo era tú primer amor.

Pasaron mese sin hablarse, no te digo que no se vieron porque es mentira desgraciadamente hacían los deportes en el mismo club y tenían el mismo grupo de amigos, pero ninguno de los dos dio brazo a torcer para amigarse, eran demasiado orgullosos ambos.

Cuando cumpliste catorce llego el turno de comenzar la secundaria, ya estabas en camino a convertirte en toda una mujer hecha y derecha, triunfabas con el hockey, tenías buenas notas en el colegio, tenías un buen grupo de amigos con los cuales te divertías todos los días y tu familia estaba de diez pero por dentro sabías que no estabas completa del todo, Emanuel aquel chiquito que con cinco años te defendió y fue tu mejor amigo por años se había mudado de barrio y nunca más volviste a saber algo de él.

Era el primer día de clases cuando tu mundo se te volvió a poner patas para arriba, apenas entraste al aula viste un rostro muy familiar en el fondo, era él, Emanuel había vuelto pero no solo, entre sus brazos se encontraba una chica que no conocías pero los chismes no tardaron en llegar a tus oídos y ahí te enteraste que era su novia desde hace ocho meses, una nueva desilusión, un nuevo sentimiento de traición de parte de él te había vuelto a invadir.

Un año después, tus quinces acaparaban todos tus pensamientos, que el vestido, que la comida, que el salón, todo lo relacionado a ello te invadía por completo de felicidad. Era lunes cuando por la puerta del aula entraste con una cajita llena de tarjetas, si era el día que le darías las invitaciones a tus compañeros y entre ellos a Emanuel.

-Te espero, no falles-le dijiste tirandole la tarjeta sobre su banco.

Él la tomo para leerla y con una sonrisa te dijo que ni loco se la perdía, que sabía que esa fiesta iba a ser un total éxito, vos solamente le regalaste una sonrisa falsa y seguiste tu camino.

Dos de diciembre era el día exacto que cumplías tus ansiados quince años y ese día comenzó de una manera que no esperabas, te encontrabas en la puerta de tu casa totalmente sorprendida ya que Emanuel se te había aparecido con una bandeja que contenía tu desayuno preferido, no podías creer que todavía se acordara, ante tal gesto le pediste que te acompañara y ahí en un momento de debilidad te pidió perdón, ese día se la pasaron contándose todo. Léase: tenían meses enteros de los cuales se tenían que informar, desde ese día volvieron a ser los mejores amigos.

Estaban en tercer año de la secundaria y seguían siendo los amigos mejores, como el catalogaba su relación y a vos te causaba mucha ternura, su rutina consistía en: lunes a viernes por la mañana se encerraban durante cinco horas en el colegio a su pesar, luego lunes, martes y miércoles por la tarde ambos tenían practica de hockey y futbol, pasarían los años pero sus pasiones no la dejarían de lado, los viernes eran los días que mas disfrutaban ya que solían juntarse en alguna casa con todos sus compañeros para hacer la previa luego de cenar, mas tarde ingresaban a algún boliche que estuviera en onda en la ciudad y una vez que terminaba la joda o vos terminabas durmiendo en la casa de él o él en tu casa, casi siempre terminaban turnándose un finde cada uno, los sábados eran tranquilos se dedicaban a hacer todas las cosas del colegio, por lo menos intentabas hacer todo lo del colegio porque ya a la tardecita les tocaba concentrar con sus equipos respectivos ya que el domingo les esperaba partido.

Durante el tercer año esa era su rutina, y la verdad que no se quejaban llevaban la vida que deseaban.

Durante cuarto año te enamoraste, si fue tu turno de enamorarte, se llamaba Pablo lo habías conocido en el colegio, iba al otro curso y por causalidades de la vida te terminaste hablando, y de una simple charla terminaron siendo amigos.

Una noche se encontraban en un boliche bailando, tomando como todos los viernes, cuando te roba un beso y no fue el único, durante los cinco meses que siguieron te robo miles de besos más.

Pero no todo era color de rosa, ese noviazgo al cual vos le ponías todas las fichas te trajo inconvenientes con Emanuel, si tu mejor amigo se había enojado porque te casaste con el desgraciado, como lo llamaba cariñosamente tu amigo, de Pablo. No había un día de la semana que no tuvieran discusiones por el que en ese entonces era tu novio, si no conocieras a la perfección a Emanuel pensarías que estaría celoso pero sabías a la perfección que no era.

El que avisa no traiciona te decía siempre una de tus amigas, y ahora te encontrabas llorando entre los brazos de Emanuel porque el desgraciado te había engañado, te había utilizado y aunque no quisieras aceptarlo porque tu orgullo no te lo permitía, tu mejor amigo te lo había advertido. Ese día te había prometido sobre todas las cosas que nunca mas iba dejar que tengas un chico si no pasaba por su aprobación porque no iba a permitir que sufrieras de nuevo. Emanuel había descubierto ese día que te amaba con locura pero todavía no te lo podía decir, era muy reciente todo.

Pasaron los días, los meses y ya se encontraban comenzando quinto año, el ultimo año de la secundaria donde no tenían mas preocupaciones, donde solamente pensaban en su graduación, en el viaje a Bariloche y en disfrutar todos aquellos momentos especiales que les quedaban por vivir.

Agosto fue el mes indicado para que los treinta compañeros que eran en el curso viajaran a Bariloche, ¡y que viaje! Amistad, diversión, alcohol, chapes, sexo y muchas cosas que pasaron en el colectivo, en el hotel y fuera del mismo pero con tus compañeros habían hecho una promesa Lo que pasa en Bariloche queda en Bariloche. Y así lo cumplieron al pie de la letra.

Unos meses después, las chicas se encontraban organizando la fiesta de graduación habían decidido realizarla en un camping hermoso que conocieron de casualidad, la fiesta iba a ser para tirarla por la ventana de la casa, para diciembre, el mes que se realizaría el gran evento, tenían todo listo, solamente quedaba que se ocuparan de su vestidos y demás cosas. Claro esta que un día que tuvieron libre tomaste del brazo a Emanuel y lo internaste dentro de un Shopping eligiendo el traje y los zapatos que él utilizaría y obviamente tu vestido y los zapatos.

El quince de diciembre comenzó con todas las pilas arriba, esa fiesta no pudo ser mas mejor porque no daba, habían comido como los dioses, llorado como si se les fuera la vida en el video que sus compañeros (los varones) les habían regalado, se tentaron de la risa cuando colocaron el video que ustedes (las chicas) les habían regalado a ellos donde los imitaban y bailaron como si fuera la ultima noche que tenían.

Una vez que termino la fiesta, todos se dirigieron hacia la playa donde siguieron viviendo momentos hermoso, en un instante sentiste que te tomaban de la mano y te llevaban a caminar por la orilla del mar, no pusiste objeción porque sabías quien era esa persona.

Caminaron por más de una hora hasta que esa misma persona hizo que se detuvieran, lo miraste a los ojos y le preguntaste que sucedía. ¿Cuál fue su respuesta? Un beso, si así como lo lees en ese momento con sus manos acuno tu rostro y te beso lentamente, saboreando cada instante, ¿vos? Vos simplemente te dejaste besar.

Luego de ese beso, les siguieron la primera vez junto que fue una noche de lluvia en tu casa, luego las primeras vacaciones como pareja que fueron en Pinamar. A los cuatro años comenzaron a convivir y conocieron otro mundo, al año llego la luz de sus ojos Milagros y solamente faltaba el casamiento, pero no se apuraban porque sabían que el destino así lo quiso.


Eh aquí un corto que se lo dedique a una de mis mejores amigas.
Si, Sofia y Emanuel son reales y llevaban 3 años de noviazgo con sus idas y vueltas Smile
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MensajeTema: Re: El destino así lo quiso.   El destino así lo quiso. Icon_minitimeSáb Ago 20, 2011 11:25 pm

Me gustó bastante el corto Smile

verO,
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