Mais020291 Miembro junior
Mensajes : 178 Fecha de inscripción : 18/08/2011 Edad : 33 Localización : Lima, Peru
| Tema: ---Celos--- Vie Ago 19, 2011 3:43 pm | |
| Mi objetivo hoy día es darte celos y por lo que veo el tuyo también. Vos sabés que odio a Simón, se enamoró de la novia (ahora ex novia) de su mejor amigo, osea de vos, entendés? Y aún así ahora bailás con él de esa forma tan sensual y provocativa, esperando que estalle en celos. Pues sabés qué? Lo conseguiste, no puedo resistir más tiempo así viendo como él se aprovecha de vos, se aprovecha del momento para tocarte y quizás, no quiero ni pensarlo, robarte un beso.
Y sí, yo también quiero sacarte celos, quiero que te des cuenta de lo que te estas perdiendo; en realidad, el que se está perdiendo de semejante persona soy yo, pero frente a vos no lo voy a admitir, no por el momento. La rubia con la que bailo está buenísima, pero solo para pasar el rato; perdoname rubia, pero solo me servís para sacarle celos a mi ex novia que ni me da la hora. Siempre fuiste así, sobrada y dura; te hacés la fuerte pero yo sé que en el fondo sufrís y mucho. Me acerco a la rubia, pego mi cuerpo al suyo pero vos seguís en tu mundo con Simón, sin fijarte en nosotros.
De pronto cambia la música, pasamos de reggaeton a salsa, y yo sé que esa es tu música preferida; me acuerdo cuando en tu fiesta de quince me obligaste a bailar esa canción con vos. “Yo no sé mañana, yo no sé mañana, si estaremos juntos si se acaba el mundo”, yo sonreía al escucharte cantar pero bufaba cuando me obligabas a bailar, y es que odio la salsa; pero, por vos estaba ahí, intentando bailar, “pisando huevos” como me decías vos. Recuerdo esa noche a la perfección, vos quince y yo diecisiete, vos con tu vestido blanco y yo con mi traje negro, vos hermosa como siempre y yo nervioso como nunca, yo pidiéndote que seas mi novia y vos aceptando con total alegría.
El recuerdo me aleja de la realidad, la rubia está que me llama: “Thiago, thiago! Eu! Vas a bailar o vas a babosear por la mina?”. Su anotación me causa gracia, me río, bailo un poco más con ella y regreso a los sillones con los chicos. Vos seguís con Simón, rompiéndola en la pista, moviendo tus caderas, tu cintura, tus piernas, con los ojos cerrados, disfrutando del baile. Nacho me invita un par de tragos los cuales acepto gustoso, necesito ponerme pilas, buscar la manera de ponerte celosa, encontrar tu punto débil. Pero, es complicado, te extraño y solo tengo ganas de besarte y volver con vos. Y si, vos me podés y mucho.
Totalmente decidido saco a otra rubia a bailar, pero está es un mujerón. Piernas largas, muy delgadas, cabello largo lacio, ojos celestes, labios delgados dispuestos a ser besados. Y por fin nos mirás. Yo sé que ese es tu punto débil, odias a las minas como ella, porque vos sos todo lo contrario, petiza, morocha, cabello no tan largo, piernas ni tan gruesas ni tan medianas pero no delgadas ni largas como la de la rubia. Sonrío, me encanta verte celosa. Aprovecho que están pasando música latina para cantarle al oído a la rubia; me imagino bailando con vos (qué patético) y le doy vueltas, la hago bailar, bailamos riéndonos, disfrutando de la canción. Yo sé que es otro punto débil tuyo, amás que te cante al oído. Vos me mirás como yo lo estaba haciendo antes, ahora dejo que me mires, yo ya no te miro. Si, Marianella, sentí lo que siento cuando estás con Simón.
Te separás de Simón, pasás por mi lado fulminándome con la mirada y yo me muerdo el labio para no reírme a carcajadas. Estás con el ceño fruncido, realmente enojada, celosa, echando humos, seguramente recordando cuando yo te cantaba a vos al oído y vos te sonrojabas. Me hace recordar a nuestra salida con todos los chicos al boliche, te enojaste conmigo porque no quería bailar con vos salsa. Estaba cansado; sí, un boludo, debí bailar con vos. Lo sé, lo sé, soy pollerudo al 100%. Te enojaste y te sentaste como si fueras una nena de 8 años; me acerqué a vos, te robé un par de besos porque sabía que con eso aflojabas y te invité a bailar. “No quiero Thiago, andá a bailar con otra si querés. Tu tiempo ya pasó”, y sí, cuando querés eres fría y dura. No me importó e igual te saqué a regañadientes a la pista, por supuesto que tu enojo iba en aumento y no parabas de putearme, pero cuando te tuve entre mis brazos y te cante al oído, yo sé que tu mundo se vino abajo. “Qué precio tiene el cielo, que alguien me lo diga. Yo pago con mi alma sin temor a nada, yo te doy mi vida”, te cantaba mientras vos sonreías y atacabas mi cuello.
Vuelvo a la realidad sonriendo, recordando lindos momentos y esperando a que regresen. Te veo aún enojada, mirándonos e ignorando a Simón quién intenta hablarte. Me acerco más al cuello de la rubia quién no sabe que no me importa ella sino otra, vos estallás en furia y volvés a la pista con otro pibe. Me fulminás con la mirada y lo besás, y si, lo besás, lo besás y lo seguís besando apasionadamente. Mis ojos se desorbitan y siento un fuego recorrer mis venas. Celos de mierda! Acaso no sabés que esos labios solo me pertenecen a mi? Que yo fui tu primer amor, el que te dio tu primer beso y el que te dará el último?? Porque si mi vida, recordá que tenés 20 años, estuvimos 4 años juntos y uno separados; y, en ese año yo no permití que nadie robara eso que te siempre te va a pertenecer a vos: mis labios. Pero, vos sos siempre vengativa.
Terminás de besarlo y me mirás divertida, yo sé que has disfrutado al hacerlo. Sé que te odías por haberlo hecho pero tu orgullo puede más. Le sonreís al hijo de puta que acaba de probar tus labios, te reís con él y le permitís volverte a besar. Necesito ver a otro lado, concentrarme en otra cosa, quiero que sepas que no puedo verte con nadie más, siento que vos sos para mí y yo para ti, que juntos nos complementamos. Y qué tierno y minita me pongo no? Pero, mi lado de hombre sale al instante y juego con fuego; me pongo seductor y picante con la rubia quién sé que se está muriendo por un beso. Le cumplo el deseo; te miro mientras la beso, mientras enredo mi lengua con la suya. Te miro y vos me mirás una vez más enojada. Pero está vez tenés una sonrisita en tu cara, esta vez sabés que son celos los que me llevan a hacer eso.
Dejo de besar a la rubia, satisfecho por hacerte pasar un mal rato; y sí, cuando quiero yo también puedo ser un pendejo. Pero, lo soy porque te amo, porque te quiero reconquistar. Te sentás junto al morocho mientras conversan de no sé qué diablos; él intenta volverte a besar pero vos le rehusas y yo me siento triunfal. Me despido de la rubia quién me da su número de teléfono; qué ilusa que sos, a mi me encantan las morochas y sobre todo una. Intentando dejar de lado mis celos y mis emociones, lo cual es imposible, me acerco a vos. “Perdoname, y vos quién sos?”, le pregunto al hijo de puta, que me mira extrañado, “Vos quién sos? Yo estoy con ella, disfrutando. Porque no te largás en vez de joder?”. Y qué pibe para más amargado! Y encima se atreve a serlo conmigo y con vos ahí, ah no! “Ah bueno, ah bueno!! Disfrutando decís? A ella no le tocás más un pelo, me escuchaste?? Ella es mi novia, jugó con vos nada más, nos gusta jugar. Así que largate antes que te saque la mierda”. Sonreí para mis adentros triunfal, sabía que con eso se iba a asustar. Y el muy cabro se fue corriendo.
Seguís con los brazos cruzados, haciéndote la enojada, yo sé que no lo estás; yo sé que por dentro te estás muriendo de ganas de besarme, de enseñarle a la rubia que vos sos mía y que yo soy de vos. Y, el recuerdo vuelve una vez más. Vos recostada en la cama, haciéndote la enojada, yo dejándote besos en el cuello, esperando a que aflojes. Vos, riendo ante las cosquillas que te producen mis besos, yo riendo con vos. Vos carcajeándote conmigo cuando empezamos una guerra de cosquillas. Vos, diciéndome “Te amo” y yo respondiéndote “Yo también te amo princesa”. Vos, desabrochándome el pantalón y yo acariciando tu panza. Vos y yo uno solo.
Vuelvo al ruedo y te susurro al oído que te amo, te lo digo de la manera más sensual, dulce y tierna posible, como sé que a vos te encanta. No esperás ni un segundo y me besas con todas las ganas, acariciando mi cabello un poco largo, susurrando mi nombre entre cada respiración. “Celosa”, “Celoso”, “Flojita”, “Recontra flojito”, “Rubia”, “Simón”, “Pará che! Eso es golpe bajo eh!”, “Callate y besame”, “Lo que vos digas, mi princesa. Te amo”, “Yo también te amo. Ves!! Vos me hacés tiernita”. Nos besamos una vez más, dejando de lado nuestros celos y dejando en claro que nuestro amor es para siempre. Pero qué minita que soy che! Y es que vos me ponés así Mar.
Tus celos, mis celos, nuestros celos fueron fruto de nuestro regreso. Qué irónico no? | |
|