Escribiendo Hojas En Un Libro
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 Sueños Compartidos

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MensajeTema: Sueños Compartidos   Sueños Compartidos Icon_minitimeVie Ago 19, 2011 3:57 pm

Sabe que es todo un sueño, por eso no quiere despertar. La luz del sol está empezando a traspasar las cortinas de la habitación. Ella siente ese calor en su cuerpo y ese brillo en sus párpados. Pero, quiere seguir soñando, no quiere despertar y se tapa el rostro con la almohada, bufando para sus adentros.

Ella, Lali, conoce al chico de sus sueños. Qué irónico no? Era de noche y estaba lloviendo luego de un día totalmente soleado, muy loco el clima últimamente. Andaba caminando con su paraguas en mano, hacia el paradero del bus, iba un poco rápido para mojarse lo menos posible y para llegar a casa temprano, quería dormir. Miraba hacia el piso, mientras caminaba; estaba tan sumergida en sus pensamientos que no pudo evitar chocarse con un chico. Ante el golpe, levantó la mirada y se encontró con un morocho hermoso, de ojos verdes y sonrisa de lado. Agradeció que fuera de noche porque ya estaba toda colorada.

Se disculpó con el morocho que no dejaba de observarla y sonreírle. Ella le devolvió la sonrisa cuando él le comentó que estaba todo bien. Siguió su camino y sintió como su pecho se agigantaba de felicidad, esperaba volverlo a ver. Pasaron unos segundos antes que el morocho la sostenga por la muñeca y la obligue a voltear. La miró a los ojos y eso la intimidó. “Te gustaría que te acompañe? Es tarde y puede pasarte cualquier cosa”. Lali sabía que eso último era una excusa, él quería conocerla y porqué no, ella también. “Me encantaría. Gracias”, le sonrió y compartieron el paraguas.

De camino hacia la parada del bus, Peter le contó que trabajaba en una empresa de arquitectos pero que por el momento estaba de vacaciones así que no tenía prisa. Lali sonrió cuando él le contó que era 2 años mayor que ella y que había estudiado arquitectura como ella. Se contaron un par de chistes y anécdotas, sintiéndose a gusto uno con el otro.

Llegaron a la parada del bus y se sentaron en la banca a esperar. Lali empezó a sentir un olorcito rico y eso le hizo recordar que tenía hambre pues no había tenido tiempo de almorzar. “Mirá Lali, hay un señor que vende hamburguesas en la esquina. Querés?”. Su forma tan dulce de decirlo la dejó tildada y de pronto tuvo ganas de comérselo a él y no a la hamburguesa. “Eh … sí. Me encantan las hamburguesas”, dio esa respuesta tonta pero que la sacaba del apuro.

Peter regresó con dos hamburguesas recién preparadas y le tendió una a Lali. Le sonrió porque le encantaba cuando ella le devolvía la sonrisa Esperó a que ella diera el primer mordisco, “Las damas primero” era su lema. Lali se sintió tonta cuando un pedazo de mayonesa le manchó la comisura de sus labios; había mordido un pedazo muy grande y eso provocó que la salsa se salga. Se sonrojó a más no poder y antes de que pudiera limpiarse, Peter lo hizo. Sintió su tacto delicado y tierno sobre su labio; mientras retiraba la salsa, la miraba a los ojos profundamente. Su corazón dejó de latir.

Llegó el bus y Lali ya no quería irse, quería quedarse con Peter; le había parecido un chico hermoso, tierno y encima caño. Pensó que había estado mucho tiempo sola, que necesitaba un compañero; se arriesgó a lo que vendría. “Peter, quisieras acompañarme a casa? Claro, sí tenés tiempo, si podés…”, agachó la cabeza avergonzada y él acarició su mentón mientras le levantaba el rostro. “Me encantaría. Así, te puedo limpiar las manchas nenita”. Sí, aún no había terminado las hamburguesas. Se rieron y subieron al bus.

Llegaron a la casa de Lali, piso tres de un edificio color crema. Peter se sintió bastante nervioso al igual que Lali cuando se sentaron en el sillón; sus pieles se rozaron y sintieron electricidad al tacto. Lali lo miró a los ojos, le sonrió y dijo que ya volvía. Cuando Lali regresó del cuarto con una toalla para que Peter se seque, lo encontró con la música prendida, bailando y cantando Diego Torres. Ella sonrió y lo acompañó en el baile. “Sos hermosa La. Soy un zarpado, pero te puedo besar?”, sus ojos la examinaban, esperando su respuesta. Ella se mordía el labio pensando que no podía ser más tierno. “Si no lo hacés, lo hago yo”, le dijo en un susurro.

La tomó del rostro y la besó dulcemente. Ella apoyaba sus brazos en su cintura y le devolvía el beso con ganas. Se quedaron así unos minutos hasta que la necesidad de aire se hizo presente. Peter se sentía feliz y le nació sostenerla por la cintura para darle vueltas por el aire mientras le cantaba al oído. Lali se reía y cantaba junto a él.

La alarma del despertador empezó a sonar, pero no le importaba, quería dormir más, seguir soñando; que esa sensación no se termine. Apagó el despertador sin abrir los ojos y volvió a su sueño.

Peter le pedía ser su novia. La llevó a la playa, y al lado del mar, le preguntó si quería estar con él porque él se moría por ella. Lali le respondió con un sí efusivo antes de besarlo apasionadamente. Hicieron el amor con total dulzura, sintieron sus pieles erizarse, llamarse, entregarse. Con eso sellaron el amor que sentían; llevaban cuatro meses saliendo y finalmente se cumplía el deseo de ser novios.

Finalmente, la llamada a su celular la terminó de despertar. Suspiró y refunfuñó porque tenía que levantarse. Contestó la llamada y se irritó aún más cuando se dio cuenta que era número equivocado. Se bañó, se cambió, desayunó y fue directo al laburo. Se quedó pensando en el sueño, lo sintió tan real y le gustó tanto que le encantaría que fuera real. Los chistes de sus amigos la despejaron un poco pero aún así no podía dejar de pensar en lo que su imaginación había creado.

Bufó porque ya era tarde y estaba con sueño. Se quedó, como nunca, hasta las ocho de la noche en el laburo y quería volver a casa. Se llevó una sorpresa cuando salió y vio que estaba lloviendo, lo que le faltaba. Le pidió al portero que le preste uno de los paraguas que tenía guardados y así lo hizo. Mientras caminaba pensaba en su vida, estaba sola hace tres años en que su novio la dejó; vivía sola y muchas veces se sentía triste. Sus pensamientos se quedaron de lado cuando sintió que chocaba con algo duro; levantó la mirada y sonrió ampliamente. Su morocho estaba ahí sonriéndole también.
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MensajeTema: Re: Sueños Compartidos   Sueños Compartidos Icon_minitimeDom Ago 21, 2011 2:45 am

¡Que lindo!
Ojala me pasara eso a mi con mis sueños.. jajaja
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