Pasiones Escondidas
Parte Uno
Monótona. Así era su vida desde hace casi cinco años una completa rutina, había cometido algunos errores que habían moldeado su vida de una forma repetitiva no se quejaba, el pequeño error le había dado lo que más quería: a su pequeño hijo Joaquín.
Joaquín Lanzani fue el resultado de un descuido adolescente que posteriormente se convertiría en la raíz de un matrimonio y en un dulce chiquillo rubio y de ojos verdes.
Tenía 19 cuando ocurrió, no supo porque paso, pero no se arrepentía pero ya le aburre, el matrimonio Lanzani-Igarzabal ya no tiene futuro.
Ahora con 24 años todo es diferente a lo que alguna vez fue. Tenía un hijo, estaba casado y extrañaba a sus amigos.
Mariana -o Lali- era una de las personas que todavía conservaba de su "vida anterior". Era su amiga, su confidente, como una hermana además era la mejor amiga de su esposa, fue su madrina de bodas y es como una tía para Joaquín, fue quien lo descubrió y animo a Rocío, vivió con Peter y Rochi cada etapa de su vida, los vio crecer, enamorarse, casarse, escucho sus problemas y trato de arreglarlos.
Viernes, inicio del fin de semana, día fiesta... Menos para los padres.
Peter extrañaba su casa, sus padres, sus amigos, las salidas, después de todo es joven. Rocio viajo junto a Joaquín a Córdoba a visitar a su familia, su abuela cumpliría 85 y era una fecha importante para todos, Peter no podía asistir debido a unas reuniones de la empresa en la que trabaja, así que exhausto se encontraba junto a Lali en la casa de la chica mientras ella se preparaba para salir.
-Dale Pipu! Vamos! Sé que queres salir
-No La, no, eso ya no es para mí
-Ah bueno, hablo el abuelo, tenes 24 años! Dale!
-No- negó seguro
-No? Bueno está bien entonces me pondré esa pollera corta negra con la remera blanca transparente- dijo recurriendo a los celos, Lali quería a su amigo de vuelta.
-Vale está bien, iré- dijo resignado, la morocha casi salta de emoción- pero aléjate del armario, baja que ya voy
-Crees que te voy a dejar solo en mi casa?-dijo en tono de broma- dale pelado, pero no te demores que confió en vos.
-Hablas como si fuera a destruir tu casita
-CASA- dijo en tono de reto- No la desprecies
-Esta bien, cálmate, anda abajo ya te sigo
La razón de la demora fue una fotografía, un foto que ya no encontraba en la sala, ella no era muy dada a hablar de sus relaciones así que no le sorprendería si le decía que la relación que mantenía con Pablo había acabado, decidió observar el living por última vez antes de bajar, la foto de Pablo y Lali no estaba en ninguna parte de él. Bajo camino a una noche pare recordar.
Iban solos por primera vez, generalmente siempre eran grupos grandes de mas de 10 personas, caminaron hasta la barra, el boliche no estaba muy lejos del departamento de Peter pero si un poco mas lejos de la de Lali.
Después de unas cuantos cocteles y unas cuantas charlas se levantaron para bailar, inmediatamente empezó un reggaetón y Lali inicio con lo que sabía hacer mejor: perrear, bailando. Pronto se vieron en una situación comprometedora con ganas de desnudarse en la calle, caminaron rápidamente al departamento de Peter donde la acción continuaba.
Lali siempre había querido probar los besos de Peter y ahora que eso estaba sucediendo no podía pensar en nada más que en los labios de él devorando los suyos.
Lali entreabrió los ojos y sonrió. Acercó sus manos a los botones de la camisa de él y los fue abriendo poco a poco. Quería que ese momento quedara inmortalizado para los dos aunque a lo mejor a la mañana siguiente no se acordaran de nada de lo que había pasado.
Peter le mordió el labio inferior y le sacó la camiseta por encima de la cabeza con ayuda de ella. Las dos prendas cayeron al suelo a la vez.
Sus pechos desnudos se tocaron y ante ese contacto se miraron a los ojos. Las manos de él se acercaron al botón del pantalón de ella y lo soltó.
Acarició sus delgadas piernas a la vez que se lo sacaba. Lali se mordió el labio inferior ante esas caricias. Se incorporó de la cama y acercó sus manos al pantalón de él para quedar igualados.
El pantalón cayó al lado de las otras prendas en un segundo.
Peter recostó a Lali en la cama y le sacó el sujetador. Acarició con las manos sus pechos y empezó a besarle en medio. Lali arqueó la espalda de placer ante ese contacto. Acercó sus manos a los bóxers de él y se lo sacó. 1-0. Iban desigualados pero Peter le sacó rápidamente el tanga que llevaba quedando, en esos momentos, desnudos.
Se besaron incontroladamente. Con ansias, con deseo de más. Con deseo de querer estar juntos. Peter colocó sus manos en sus caderas y la penetró lentamente. Lali suspiró y arqueó la espalda para tener más contacto con él.
Buscaron sus bocas desesperadamente a la vez que se hacía uno por primera vez. Peter la miró a los ojos y la beso detrás de la oreja a la vez que escucha la respiración de Lali.
Aceleró el ritmo a la vez que poseía el cuerpo de Lali por primera vez, ya que no sería la última vez que la tendría entre sus brazos y podría hacerle el amor.
Viernes de pasión, de lujuria, de desenfreno... De culpabilidad. Sábado, domingo, lunes, martes y miércoles de reencuentros, ese día llegaba Rocio de su viaje, la culpabilidad asomaba por el cuerpo de Lali y no tan notoria por el de Peter para el había sido una forma de salir de la rutina de dejar atrás su forma de vida monótona, de encontrar el placer en otra persona que no fuera Rocio, aunque en el fondo se sentía culpable.
Ya devuelta a la rutina, ahora en el aeropuerto esperando al vuelo de Rocío.
Lo anunciaron por el altavoz y luego la vio bajar junto a su hermoso y pequeño hijo.
-Hola amor- Saludo Rocío
-Hola, ¿cómo fue el viaje?
-Bien un poco movido al final, pero bien. Mi familia te manda saludos
-Hablare con ellos después. ¿Vamos a casa?
-Bueno, ¿y no saludas a Joaco?
-Cuando se despierte, no quiero interrumpir su sueño- dijo cogiendo la maleta de Rocío y de Joaquín.
Al llegar a la casa ayudo a Rocio a desempacar sus cosas, luego salió a su oficina, no podía estar mucho tiempo fuera, su secretaria estaba de baja por maternidad y aun no hallaba un reemplazo.
Al llegar a su oficina se llevo una gran sorpresa al ver a Lali; vestida formalmente y sentada en el escritorio seguido al suyo, el que normalmente usaba Gloria.
-¿Lali?, ¿Qué haces aquí?-preguntó el morocho anonado
-¿Que hago acá?, Bueno desde ahora trabajo acá.-dijo cortante- Peter sobre lo de la otra noche… yo…
-Yo no me arrepiento, y espero que vos tampoco lo hagas- La interrumpió Peter
-Yo… no… si… no…
-Se que no lo haces, se que sentiste lo mismo que yo- Dijo mientras se acercaba a ella
-Pero está mal, no debí sentirlo, eres como un hermano, como mi cuñado, Rochi es mi amiga y la quiero y tú… -una lágrima se resbalo por su mejilla- estas casado con ella…-sollozó
-Tenias que sentirlo como lo siento yo, Rocio no se va a enterar, no pasará nada, entre ella y yo las cosas ya no están tan fluidas y estamos en el Siglo XXI existe el divorcio
-Yo… no sé, no puedo…
-Sí que podrás…
Y ya no hicieron falta palabras, se besaron pasionalmente durante un tiempo y luego como Arjona dijo una vez “Para que describir lo que hicimos en la alfombra”
La noche llego más rápido de lo que Peter hubiera deseado, no quería volver a lo de siempre, lo bueno era que ahora tenía una forma de distraerse en el trabajo.
Era tarde así que Rocio ya debería estar dormida, suspiró cansado y caminó hacia la habitación que compartía con la rubia, grande fue la sorpresa al encontrarla vestida con más bien poca ropa y recostada en la cama llena de pétalos de rosa.
-¿Pero qué? ¿Rochi?
-¿Quien más amor? Te gusta la sorpresa?
-Esto,… yo…
-Shhh, calla, solo limítate a sentir…
Rocio lo beso con toda su alma, poniendo todo en aquel beso, rápidamente él quedo sin camisa, las manos de Rocío recorrieron el pecho de Peter con lentitud. Los ojos de él se cerraron disfrutando, por unos instantes, del momento. Rocío era su esposa delante de la ley pero lo que había pasado con Lali lo había dejado descolocado y eso afectaba a la relación ya que su esposa no era tonta y sabía que lo estaba perdiendo. Sus labios recorrieron el cuello de Peter quien echó la cabeza hacia atrás para que tuviera más acceso a ello.
Las manos de Rocío se colocaron en la hebilla del cinturón y eso fue el botón para que Peter despertara del ensueño en el cual se encontraba. No podía hacerlo. Por más que quisiera no podía hacerlo.
-No para, no puedo hacerlo- dijo Peter deteniéndola
-¿Que te lo impide? Estamos tú y yo, con Joaco dormido, el ambiente perfecto…
-Enserio Ro, solo no, no puedo… perdóname- El morocho salió de la habitación matrimonial directo a la de su hijo, se acomodo junto a él con cuidado de no despertarlo y así se quedo dormido.
De esa noche hacían casi cuatro semanas, en las cuales el encuentro en el despacho se había repetido varias veces, sin que ningún sentimiento se interpusiera en el camino, por lo menos de parte de Peter, a Lali le nacían unos sentimientos y sentía maripositas en el estomago cada vez que Peter estaba presente y cada vez que hacían el amor esa sensación se incrementaba.
Jueves, un día nublado, en pleno invierno no era algo tan raro, pero el día estaba tal como las emociones de Lali, por un lado estaba rebosante de la felicidad y por otro lado… solo quería llorar.
-¿Lali? ¿Eres tú?- Dijo Rocio quien cruzaba por allí.
Lo único que recibió como respuesta fue un sollozo.
-¿Estas llorando? ¿Qué te pasa? ¡Di algo que me preocupo!
-No… no estoy bien…
-Si eso está a la vista, ven conmigo vamos a casa.
-Ayúdame por favor- Dijo la morocha llorando fuertemente
-Tranquila, respira, vamos a casa, nos sentamos y hablamos tranquilas
-Bu...bueno- dijo entrecortadamente
Caminaron en silencio unas cuadras hasta la casa de Rocio y Peter, al llegar caminaron hasta la salita que había antes del jardín.
-¿Quieres contarme que te pasa?¿Puedes contarme?
-Si- dijo finalmente la morocha ya un poco más tranquila- Yo… no sé cómo decirte esto, estoy tan… conmocionada, que no se qué hacer, esto me toma tan de sorpresa, ya me había mentalizado…-Fue interrumpida por la rubia
-Al punto La, me preocupo por ti y…- La interrupción de la morocha no dejo que terminara la frase.
-Estoy embarazada.
-¿¡QUE!?
-Sí y no sé si reír o llorar
-Hay amiga te felicito, vas a cumplir tu sueño, vas a ser mamá
-Si… bueno, igual por el tratamiento del embarazo me voy a Santiago
-¿Te vas? ¡Pero no puedes!
-Tampoco podía quedarme embarazada y mira, aun no puedo creerlo
-¿Cuando te vas?
-Mañana mismo, ahora tengo que ir a mi departamento a recoger las maletas para llegar puntual, mi vuelo sale a las 10:30 a.m.
-¿Hay otro motivo? ¡Siento que me ocultas algo! ¿Qué pasa con el padre, ya lo sabe?
Lali volvió a llorar más fuerte pero ocultando sus verdades, obligándose a mentir.
-Se quien es, él no lo sabe, porque me abandonó-sollozó
--Hay…- se llevo una mano a la boca- perdón amiga no sabía yo... perdón, tranquilízate, no llores.
-Ya me calme… yo- respiró- me tengo que ir
-Te dejo ir solo con la condición de que te vas a cuidar y vas a estar más tranquila.
-Te lo prometo, y espero que nos volvamos a ver.
-También lo espero- la despidió la rubia.
Hola! Vengo con otro corto, la segunda parte ya esta casi terminada pero aun tengo que pasarla al ordenador, asi que esperenla pronto.
Espero que les guste la primera parte y nada que comenten.
Besos, Caro