Escribiendo Hojas En Un Libro
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“Escribir es como mostrar una huella digital del alma” Mario Bellatín,
 
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 Papá Ti y Mamá Mal

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Mais020291
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Mais020291


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MensajeTema: Papá Ti y Mamá Mal   Papá Ti y Mamá Mal Icon_minitimeVie Ago 19, 2011 3:53 pm

Sus ojos verdes se posaron en la foto que le extendió Paz, una y otra vez pensó que no había mujer más hermosa que esa morocha. Se llama Marianella pero le dicen Mar fue lo que le había dicho Paz. Thiago era un ángel de Eudamon y como tal cada año le tocaba cuidar y velar por un ser humano distinto; esta era la tercera vez, desde sus 7 años siendo ángel, que le tocaba cuidar a una mujer. Pero, ninguna de las anteriores era tan hermosa como Mar. Es tan hermosa, susurro. Thiago, tu sabes muy bien que no puede existir relación amorosa entre el Ángel y la persona. Claro que lo sabía, pero no podía evitar imaginarse a él y a Mar besándose bajo la luz de la luna; Thiago era muy romántico y no se avergonzaba de ello.

Tras prometerle a Paz que no se enamoraría de Mar, aunque eso sería tarea difícil, fue a casa para recoger a Uma; ambos serian enviados juntos a cuidar a Mar. Uma tenía tan solo 2 años pero ya era una nena bastante viva y reilona; su palabra favorita era Papa Ti. Era bastante inteligente, pero le costaba pronunciar los nombres. Así que tras una despedida de todos como hacían siempre, Uma y Thiago fueron enviados al país de Venezuela, donde residía Mar. Pasarían entre la gente como si fueran personas normales, nuevas en el barrio. Apenas llegaron se dirigieron a la casa donde vivirían ese año; Hope, la hermana de Paz, les había dado la dirección y se había encargado de hacer la compra.

La misión de Peter para ese día era habituarse al clima venezolano, conocer sus costumbres para poder interactuar fácilmente con los demás. Al día siguiente tendría que ir a la facultad de Arte, donde estudiaba Mar para conocerla y así empezar a cuidar de ella; tenía que lograr ser su amigo. Así que bañó a Uma, quien no dejo de chapotear y jugar con el agua mientras él reía, y se fueron juntos al café más próximo, uno que vio por Internet. Al ingresar, se acercó con Uma cargada en sus brazos, al mostrador; la chica que atendía era bastante simpática y la sonrisa radiante que le mostró lo hizo sentir en casa. Pidió un café para él y un dulce para la nena; solo para entretenerla, ya que a Uma le encantaba acompañar a comer a Papá.
Cuando terminó de pagar y se volteó para dirigirse a una mesa, se chocó con una morocha. No le había visto el rostro, tan solo su pelo castaño y la ropa que llevaba: un jean con una remera holgada y un abrigo por encima. La ayudó a recoger las cosas que se habían caído de su cartera. Al menos hacía el intento porque tuvo que dejar a Uma en el suelo y ella era muy traviesa y se puso a tocar las cosas de la morocha. Cuando se levantó y se encontró con los ojos negros de ella mirándolo fijamente a los ojos, se dio cuenta que Mar era aún más hermosa en persona. Se le hinchó el pecho y su corazón empezó a bombear rápidamente. Hace tanto tiempo que no sentía algo así, y qué sensación tan linda era.

Perdóname, que no te vi. Fue todo lo que Thiago pudo decir pues la sonrisa tímida y las mejillas rosadas de Mar lo dejaron sin aliento. Está todo bien, gracias. La siguió con la mirada cuando ella se fue a encontrar con una amiga, otra morocha de cabello ondulado y castaño; Tefi se llamaba, o al menos así le dijo ella. Y se sentía tan tarado. Papá ta enamolado. Y no pudo evitar reírse ante el comentario de su nena, y menos morir de ternura cuando ella empezó a aplaudir ante su comentario; era la luz de sus ojos. Recogió su pedido y se sentó cerca de la mesa de Mar, jamás pensó encontrársela ese día; pero, parece que el barrio era bastante pequeño y todos se conocían. Mejor, pensó para sí mismo, la vería siempre. Sonrió.

Al día siguiente, se despertó ansioso por encontrar a Mar en la facultad. Moría de ganas de verla y Uma también: Papi, quelo vel a Mal. Claro, ella también sabía que con la que se habían encontrado era Mar, a la que tenían que cuidar. Le sonrió tiernamente mientras la cambiaba; tenía que dejarla en algún jardín para niños mientras él iba a inscribirse a la facultad. Sí, tenía que llevar las mismas clases de Mar, o al menos algunas. Y, eso fue lo primero que hizo cuando llegó a la universidad; se inscribió en dos de los cursos de Mar, los que le había dicho Paz, y con una sonrisa imposible de borrar se dirigió hacia el salón.

Y, la vió. Ingresó con una rubia, alta y con pelo largo; las dos se reían por algún chiste que seguro la rubia había contado. Cuando levantó el rostro se dio cuenta de su presencia y sonrió mínimamente pues ya estaba colorada. Thiago le devolvió la sonrisa y le susurró un Hola; en pocos segundos, la rubia, que ya tenía nombre (Vale), la llenó de preguntas sobre quién era él. La clase transcurrió normal, no pasó nada fuera de lo normal; pero, cuando terminó lo primero que Thiago hizo fue acercarse a Mar. Le contó que era nuevo por la ciudad y que si podía ayudarlo con la orientación a lo que ella aceptó gustosa. Era una persona maravillosa.

Así transcurrieron los días, semanas y meses. En los que Mar y Thiago se volvieron amigos y puedo asegurar con firmeza, que eran mejores amigos. Mar le contó toda su historia, acerca de su familia, de sus amigos, de su infancia, colegio, sus ex enamorados, cosa que no le gustó del todo a Thiago, y demás gustos y placeres. La conocía de pies a cabeza y eso le encantaba; no solo porque era parte de su “trabajo”, sino porque le encantaba conocerla cada día un poco más. Él le tuvo que inventar una historia de su vida, aunque no fue inventada del todo, pues le contó la que había vivido antes de morir. Thiago falleció con 22 años, y como en el cielo uno es eterno, ya no crece. Su vida terrenal terminó causa de un accidente de auto, en plena carretera. Uma, no era su hija biológica, pero sí de corazón; él la adoptó en el cielo, hace ya 2 años que formaba parte de su vida.

Mar se creyó que Uma era la verdadera hija de Thiago, que era padre prematuro y que su madre la había abandonado. Eso hizo que se acercara más a ellos y que cada día quisiese más a Uma como a su propia hija; y, eso lo mataba de ternura. Por supuesto que Uma la adoraba. A veces la llamaba Mamá Mal, sin la mala intención de la última palabra, y podía notar como los ojitos de Mar se llenaban de lágrimas; y, por qué no, los de Thiago también.

Seguían siendo amigos, y seguía cuidándola hasta que llegó su cumpleaños. Thiago había estado pensando en el regalo desde varios días atrás, quería que fuese especial. Le terminó comprando un ramo de rosas rojas, sus preferidas, junto con un collar de oro que ella había visto en una tienda y no se había atrevido a comprar. Pero, además de ello, la invitó a cenar. Uma le regaló un dibujo donde salían los tres, como una familia; Uma jamás dejaría de sorprenderlo y menos cuando le dijo Te quelo muto. No les digo que es adorable?
La cena fue maravillosa y Mar se veía espléndida; con un vestido color negro junto con el collar que Thiago le había regalado, se veía fantástica. Terminaron de cenar y decidieron pasear antes de regresar a casa; no querían que esa noche se termine. No te lo dije antes, pero estás hermosa Mar. Le dijo Thiago, algo que hizo que Mar mostrara esa sonrisa que a él tanto le gustaba y fue inevitable acercarse a su rostro lentamente, mientras ella cerraba los ojos, esperando eso que ambos ansiaban. Thiago recordó las palabras de Paz, pero eran imposibles de cumplir; Mar era el motor de su vida. Chocó sus labios con los de Mar y el beso se volvió el más dulce que jamás le habían dado a Thiago; este tanteó con su lengua, tocando su labio inferior y ella entreabrió los mismos para darle paso. Thiago sintió que fue tan maravilloso que empezó a llover, algo que hizo que los dos empezaran a reír como dos tontos enamorados. Pero, no les importaba mojase, solo les interesaba besarse, amarse.

Desde aquel día hasta los siguientes antes de tomar la decisión, fueron increíbles. Thiago sentía que quizás sonaba bastante cursi o quizás “gay”, pero nunca había sido tan feliz en su vida; ni en la terrenal ni en el cielo. Uma, era la nena más feliz del planeta y no se cansaba de llamarlos Mamá y Papá, y eso les encantaba porque se imaginaban algún día siéndolo verdaderamente. Pero, llegó el momento de irse, ya había pasado un año y detestaban la idea de despedirse de Mar. Tras pensar una y mil veces como solucionar el problema, Thiago tomó la decisión de hablar con Paz; le pediría que lo dejaran quedarse con Mar pues Uma también lo deseaba.

Al principio ellas se negaron rotundamente, pero no pudieron negarlo después, cuando su pequeña pidió que le concedieran ese deseo, po favo, quelo regresal con mama. Y, ahí, murieron de ternura y les fue imposible decirles que no. Uma y Thiago se quedarían en la tierra, vivirían hasta que la muerte los separe y quizás, volverían a ser ángeles de nuevo. Mar nunca se enteró de todo eso que sucedió, pues a cualquiera le podría parecer descabellado; ella tan solo se limitó a amarlo cada día más a Thiago y a Uma. Restó unos 5 años, cuando Thiago le pidió matrimonio, para que Mar adoptara a Uma como su hija. Ahora si eran una familia de verdad. Sofía y Malena llegaron un año después para llenar aún más sus vidas de felicidad.

Ahora se encuentran de nuevo los tres en el cielo; solo que esta vez, los tres están viejitos pero no han perdido esa juventud y jovialidad. Es ahora cuando Thiago le cuenta a Mar su verdadera historia y ella agradece que no se la haya contado porque quizás eso los hubiera separado. En el Cielo, en la Tierra, en el Espacio, en todos lados, siempre que Mar y Uma estén con Thiago, él va a ser feliz.

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lillyana
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lillyana


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MensajeTema: Re: Papá Ti y Mamá Mal   Papá Ti y Mamá Mal Icon_minitimeDom Ago 21, 2011 11:11 pm

es una mezcla de varias de las novelas de tus amigas cei.jajajajaj me imagino q es un homenaje a ellas.

siempre me gusto mucho la de los angeles, lastima q no la siguio.
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verO,
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MensajeTema: Re: Papá Ti y Mamá Mal   Papá Ti y Mamá Mal Icon_minitimeMar Ago 23, 2011 1:24 am

Oishh me guto muchio!

verO,
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MensajeTema: Re: Papá Ti y Mamá Mal   Papá Ti y Mamá Mal Icon_minitime

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