Escribiendo Hojas En Un Libro
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 Fue mi edad y mi inmadurez

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Carlita
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Carlita


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MensajeTema: Fue mi edad y mi inmadurez   Fue mi edad y mi inmadurez Icon_minitimeVie Ago 19, 2011 3:21 am

-¿Señorita Gonzáles?-al escuchar su apellido elevo su mirada-Adelante por favor.

Ella suspiro dándose fuerzas y dejando sobre una mesita la revista que había tomado para ojear mientras le tocaba su turno, espero hasta que su cerebro ordeno a sus piernas moverse hasta la puerta del consultorio.

-Bueno, primero que nada le quiero asegurar que todo lo que me cuente se quedara entre nosotras y estas cuatros paredes-la muchacha asintió nerviosa-Ahora si, cuénteme señorita-reviso un instante su libreta-Alexa que la trajo aquí.

Sin saber por donde comenzar, se acomodo un momento en el sillón y dirigió su mirada hacia el gran ventanal que tenía la oficina mientras se perdía en sus pensamientos como cada vez que recordaba aquella época.

-¿Señorita Gonzáles esta segura de hacer esto? ¿Quiere que arreglemos para otro día que este segura de poder hablar? No hay pro…

-¡No!-interrumpió Alex, como la llamaban sus amigos-Voy a hablar…

La doctora sonrío y le dio el ánimo para que comenzara.

-Todo sucedió el verano pasado…

Se trataba del verano del dos mil cinco en Los Arroyos, un pequeño pueblo que hay a las afueras de mi ciudad, toda mi vida fui de vacaciones allí, cuando era pequeña iba junto a mis padres y hermanos, ya de grande comencé a ir con mis amigas, ahí teníamos muchos amigos y de verdad que la pasábamos muy bien.


El pueblo no superaba los doscientos habitantes, todos se conocían y conocían la historia de vida de cada uno, las personas son todas muy agradables y los lugares muy bonitos, una esquina más linda que la otra. Todos los años esperaba ansiosa las vacaciones para poder ir al pueblo y ese año no era la excepción.


Apenas habíamos bajado del taxi y colocado las maletas en el suelo, ya estaban parte de nuestros amigos recibiéndonos.

-¡Alex! ¡Chris!-nos saludamos efusivamente, él es uno de mis mejores amigos y él que me acompaño en todo momento.


Luego de saludar al resto de los chicos y chicas que nos habían venido a saludar, me di cuenta que había una presencia que yo no conocía y que ni él sabía que estaba haciendo presente ahí en ese momento.

Disimuladamente y entre risas me fui alejando del resto para acercarme hacia él, que sin saberlo en ese momento algo suyo me había atraído y conociéndome no iba a parar hasta descubrirlo.


-Hola, mucho gusto soy Alexa-recuerdo que le dije con una gran sonrisa-¿Y tu quien eres?

-Roger-en ese instante sentí mis piernas temblar al ver la hermosa sonrisa que dejaba a la vista una perfecta dentadura-Muy encantado de conocerte Alexa-y me estiro la mano como caballero que era.


-Alex…

Le dije con la misma sonrisa tonta que tenía desde el primer momento y esquivando su mano pose las mías sobre sus hombros para depositarle un pequeño beso cerca de la comisura de sus labios.


En ese instante sentí como mis mejillas se ponían coloradas como si hubiera hecho algo indebido y al escuchar de su boca…

-Que linda que sos…


Descubrí que había caído en las redes que suponía ser el primer amor de verano y no el único, por lo menos durante las primeras noches.


-¿Fue como lo planeaste?-le pregunto la doctora mientras hacia anotaciones en su libreta.

Alexa se acomodo el cabello por costumbre como cada vez que se ponía nerviosa, volvió a acomodarse en el sillón para continuar con la historia.

-No, resulto ser él único amor de aquel verano, habíamos pegado muy buena onda, hablábamos todo el tiempo nunca había silencios entre nosotros, vivíamos haciéndonos bromas, en si nos llevábamos muy bien y llego el día que paso lo que más deseaba…

Era viernes, el día había comenzado con un Sol brillante sin nubes que lo taparan, por ende decidimos pasar el día en un camping que tiene una playa tranquila.

Recuerdo que ese día la pasamos tan bien que decidimos quedarnos a cenar, ya que el camping contaba con parrillas, mesas y todo el equipamiento para pasar un hermoso momento.


Mientras que los chicos preparaban la carne para colocarla en la parrilla, las chicas se ocupaban de preparar las mesas, yo termine de acomodar unos platos y aproveche para acercarme a la orilla de mar.

Cada vez que viajaba a Los Arroyos tenía la costumbre de caminar por la orilla del mar, me transmitía tanta paz sentir el contacto del agua salada rozando mis pies, el vientito que cada noche aparecía y era como si me abrazara, como si supiera lo que estaba pensando. La playa era mi mejor confidente.


Luego de caminar por la colinita que nos separaba del mar, fui dejando que mis pies se hundieran en la arena y que el vientito hiciera su efecto en mí.

-Que hermoso es ver como la Luna se refleja sobre el mar ¿no?


Llevaba un rato largo perdida en mis pensamientos cuando escuche a Roger detrás de mí y me sorprendí al descubrir que no me sentía incomoda con él a mi lado sino todo lo contrarió, me sentía cómoda, protegida.

-Si, es uno de los paisajes mas hermoso que he visto en mi vida-le respondí mientras me sentaba a su lado.


Como ya había contado, nunca faltaba tema de charla entre nosotros, de pronto preguntas como ¿Cuántos hermanos tienes? ¿A que se dedica tu familia? ¿Cuál es tu banda favorita? ¿Qué color te gusta? Aparecieron y descubrí que me encantaba escucharlo hablar y más me encantaba observarlo.

Aquella noche descubrí que me gustaba como mis manos encajaban perfectamente con las suyas, como su cabello morocho se movía al compás del viento, adoraba los huequitos que se le formaban en sus mejillas cada vez que sonreía, y una de las cosas que más me gustaba era su risa que para mi era como la melodía perfecta.

Y estando perdida en mis pensamientos no me di cuenta que Roger me estaba observando esperando una respuesta a la pregunta que me había hecho.

-¡Ey Alex!-exclamo tirandome un poquito de arena encima.

-¡Oye no!-grite entre risas-¿Qué me habías preguntado?


Roger se limpio rápidamente las manos y mirándome a los ojos me hizo la pregunta que desencadenaría en lo que mas deseaba en ese momento.

-¿Tienes novio?

Si, se que es una pregunta simple pero la respuesta significa TODO, ósea da el pie a toda situación que pueda suceder.


Nuevamente como ya me ha sucedido, mis mejillas se tiñeron de colorado y mis ojos no podían sostenerle la mirada, así que opte por mirar hacia el horizonte y en un pequeño susurro que de suerte logro escuchar, le respondí con un NO para luego dejar escapar una risita tonta y salir corriendo hacia el mar.

Roger no pudo evitar sonreír y salir corriendo detrás de mí para tomarme de la cintura y así entre risas girar por cada rincón que pudiéramos y terminar centímetros adentro del mar.


La escena era por demás de romántica, la Luna nos iluminaba con todo su esplendor, el mar nos rozaba con toda sensualidad y nuestros ojos no se despegaban del uno.

Lentamente Roger poso una mano sobre mi cintura para apretarme fuertemente junto a su pecho mientras que con su otra mano tomaba mi rostro como si fuera de cristal, a la vez que mis manos rodeaban su cuello y lo atraía más hacia mí.

Como si estuviera sucediendo todo en cámara lenta nuestros labios se unieron delicadamente, saboreando cada rincón, disfrutando el momento y dejándonos llevar.


-Y ahí es cuando las cosas cambian de color.

Alexa en ese momento se encontraba parada frente al gran ventanal mirando al horizonte dejando que los recuerdos volvieran a su mente como si hubieran sucedido ayer, las lágrimas no tardaron en aparecer y ella no hizo nada para evitarlas.

-Señorita Alexa ¿esta en condiciones para continuar con la historia?-le pregunto la doctora mirándola a trabes de sus anteojos perfectamente elegantes.

Alex respiro profundamente para intentar recomponer su estado emocional, se secó las lágrimas y luego de tomar una bocanada de aire volvió a retomar la historia.

Luego de que nos diéramos nuestro primer beso, la relación entre nosotros pasó a un nivel mayor, nos dedicábamos a salir a cenar solos, nos encantaba mirar películas mientras nos hacíamos apapachos. Teníamos una relación perfecta de novios.

El diez de febrero cumplíamos un mes con mis amigas estando en Los Arroyos, y todavía nos quedaba un mes por delante de vacaciones. Ese día decidimos hacer una cena con todos nuestros amigos para festejar.


Como era costumbre los chicos se encargaba de cocinar y nosotras de acomodar todo, la noche fue perfecta, bailamos, charlamos, tomamos, jugamos y hasta vimos alguna que otra película.

La noche estaba llegando a su fin cuando Roger y yo nos encontrábamos en mi habitación como de costumbre intercambiando algunos besos.


La cosa estaba de a poco subiendo de tono y yo no sabía que hacer, de pronto por dentro descubro nuevas sensaciones, nuevos sentimientos que nunca había sentido por ningún chico y la verdad no sabía como actuar ante eso, así que había decidido dejarme llevar.

-¿Estas segura?-me pregunto una vez que nos separamos para tomar aire, yo no fui capas de decir una palabra así que solamente asentí.

Y ahí comenzó mi verdadero festejo, ese momento fue el más especial de mi vida, fue tan delicado a la hora de quitarme la ropa y en el momento de acariciar mi cuerpo no tengo palabras para describirlo. Simplemente aquella noche la llamo en una sola palabra: MAGICA.


La doctora hizo un geto para que Alexa parara con su relató, la muchacha inspiro un poco de aire para tranquilizarse pero mucho no pudo hacer ya que venía lo peor por recordar.

-Tome un poco de agua-le ofreció la doctora, espero a que Alex tomara un poco-Bien, continuemos.

Y en un abrir y cerrar de ojos, el diez de marzo había llegado y con él mi mismísima desgracia.

Me encontraba en mi habitación llorando sin consuelo en los brazos de mi mejor amiga Giovanna, mientras que Chris se encontraba intentando comunicar con Roger.

No hacia mucho tiempo que me había hecho una prueba de embarazo y me había dado positiva, había pasado por todos los estados: miedo, histeria, enojo, angustia y hasta por ahí apareció el sentimiento de felicidad.

Una o dos horitas después del mediodía, Roger se digno a aparecer por la casa, la discusión que tuvimos no tiene sentido contarla lo que si puedo dejar en claro es que me dijo de todo menos “felicitaciones mamá”.


Luego de tanto discutir se fue pero a la tarde volvió, y yo tonta como soy creí que volvía para arreglar las cosas pero claro que no.

-Tomate estas pastillas-me dijo luego de tirarmelas sobre la cama.

-¿Qué son?-le pregunto mientras intentaba calmarme.


Roger simplemente no me dio explicaciones sino que me obligo a tomármelas y la verdad que yo no estaba en condiciones de poner objeción alguna.

A los días era tiempo de volver, una vez que me encontraba en el coche de regreso volví a caer en un llanto profundo al recordar cada momento vivido en esas vacaciones y el resultado obtenido era la pequeña criatura que había en mi vientre.


Dos días después de haber vuelto, estaba segura de contarles la situación a mis padres pero algo se me adelanto, una pesadilla en vida propia.

Ese día había amanecido por los gritos que daba mi madre al ver mi cama totalmente manchada de sangre y lo que viví después es mejor no explicarlo ni recordarlo.

-¿Y tu entiendes o sabes por que sufriste todo esto?-le pregunto la doctora a una Alexa totalmente desarmada.

-Si…-dijo débilmente ella mientras se acariciaba el vientre que alguna vez llevo a su hijo-Fue por mi edad y mi inmadurez.


Pensaran que tengo un trauma con los embarazos y los abortos,
¿La verdad? Es algo asi, durante los 15 hasta hace poco con mis amigas vivimos situaciones fuertes, una de las que mas grabada tengo es de una amiga que mientras festejabamos su fiesa de 15 estabamos todos procesando que iba a ser mamá y al otro día lo perdio por todas las porquerias que se metio, por eso van a ver que escribo mucho con este estilo :/
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MensajeTema: Re: Fue mi edad y mi inmadurez   Fue mi edad y mi inmadurez Icon_minitimeDom Ago 21, 2011 12:33 am

:/ no hay que negar que es un tema fuerte -tampoco digo que sea tabu-
Pero a pesar de eso me gusta mucho como escribes cada uno de los hechos Smile

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