Escribiendo Hojas En Un Libro
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Escribiendo Hojas En Un Libro

“Escribir es como mostrar una huella digital del alma” Mario Bellatín,
 
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 Para acomodarte en mí.

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Carlita
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Carlita


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MensajeTema: Para acomodarte en mí.   Para acomodarte en mí. Icon_minitimeVie Ago 19, 2011 3:46 am

Era una noche de invierno, en las calles llovía levemente, las remas y las pocas hojas que quedaban en los árboles se movían rápidamente a causa del viento que recorría cada rincón de la ciudad, las veredas se encontraban vacías solo estaban los faroles que se encargaban de iluminarlas por si acaso, los negocios estaban cerrados esperando que se haga la hora de ser abiertos nuevamente y en las casas se podían ver algunas con sus luces prendidas tal vez las personas que la habitaban todavía estarían despierto mirando televisión, charlando de la vida o disfrutando de algún juego, en otras ya se veía las luces apagadas dando inicio de que ya estarían en sus respectivas camas soñando o no estarían, pero en la casa de Bastian y Danna la cosa era otra.

-Mi amor me voy a acostar que no doy mas…-le aviso ella dejando su taza de chocolate caliente (antojo que tuvo durante los nueves meses y que se incremento durante los tres meses que dura el invierno)…-Buenas noches…

-Buenas noches linda, ahora voy a la cama…-él no desvío su mirada de ella hasta que no la vio entrar en la habitación y volvió a prestar atención a lo que estaba escribiendo en aquel cuaderno desgastado.

Luego de una hora, Bastian ingresaba sigilosamente a su habitación evitando hacer el menor ruido posible para no despertar a su mujer, se sentó en la punta de la cama para quitarse todo hasta quedar solamente en boxer y cuando estaba por ingresar a la cama se encontró con la imagen mas hermosa que había visto, a ella abrazada a su abultado abdomen.

Lentamente se acerco a ellos y primero le deposito un beso calido a la enorme barriga y luego dejo uno en la frente de su mujer para segundos después arroparse bien junto a ellos en la cama y perderse en un feliz sueño.

-¡Bastian!-grito desesperadamente Danna al sentarse de golpe en la cama y sentir un dolor en su bajo vientre-¡Bastian despierta por favor!-gritaba sin parar a la vez que lo zarandeaba-¡Bastian por amor de Dios!

-¡¿Qué?! ¡¿Qué paso?! ¡¿Qué tienes?!-preguntaba atolondradamente Bastian sin todavía reaccionar.

-El bebe amor, el bebe esta llegando…-le respondió entre lagrimas.

Durante las siguientes doce horas todo sucedió en un flash, al ver a su mujer llorando (de felicidad y de dolor) su corazón comenzó acelerarse y luego de un golpe que le provino Danna entendió todo, se calzo la vestimenta de superhéroe y con el bolso de ambos colgados a su hombro, la tomo a ella en sus brazos sin olvidarse antes de las llaves del auto y de la casa y obviamente de su celular.

El viaje al sanatorio no tomo menos de quince minutos, internamente ambos agradecieron que las calles estuvieran vacías y que la lluvia hubiera disminuido completamente, una vez dentro del sanatorio todo sucedió como en una película.

-¡Cuando le diga empuje!-exclamaba la doctora sin quitar su vista de la entrepierna de Danna-¡Papá su trabajo va a ser darle apoyo constantemente así que a la cuenta de tres comienza…!

Bastian estaba unido a la mano de Danna, quien se aferraba desesperadamente, cuando escucho el conteo de la doctora “1…2…3…” volvió a calzarse la ropa de superhéroe…

-Vamos cariño tu puedes…-le decía al oído cuando ella lograba decir que su cuerpo no le daba mas…-Dale bebe eres fuertes, no te dejes rendir…

-¡Vamos mamá que ahí viene!

Danna dejo escapar otro grito desgarrador al que se le sumo uno de Bastian al sentir el dolor de su mano (ella se la había apretado demasiado) pero de pronto hubo puramente silencio, solamente se sentían los jadeos de la madre agotada sobre la camilla y cuando ninguno de los dos se lo espero escucharon el sonido mas hermosa que habían escuchado en su vida: el llanto de su primer hijo.

-¡Felicidades es un pequeño varoncito!-anunció la enfermera totalmente llena
de paz…-¿El papá quiere cortar el cordón?

Con mucho miedo Bastian tomo la tijera que una de las enfermeras le alcanzaba y corto donde se le indicaban, segundos tardaron para que aquel pequeño envuelto en una toalla estuviera entre sus brazos.

-Hola pequeño…Soy tu papá…

Hoy, voy a escribirte una canción,
quiero robarle la esencia a tu risa,
la que me ofreces cada vez que escuchas mi voz,
siempre me empapo de tu olor,
mientras te acuno y te quedas dormido,
y es tu amor sin condición...
el que me hace sentir cada día,
que soy alguien especial...
tu luz me da la fuerza para echar a volar


Un año después, la casa se encontraba llena de familiares y amigos por un solo motivo: el cumpleaños de Santino.

Un año después, en las calles el clima era muy distinto: el frío era levemente, mas bien había una subida de humedad provocando que la temperatura sea elevada, el cielo estaba completamente descubierto solo el Sol estaba presente, en las veredas había gente yendo y viniendo y los locales se encontraban abiertos esperando ser cerrados.

Un año después, Danna y Bastian se encontraban parados delante de una torta que tenía el muñequito de un nene jugando con autitos, y a Santino en medio de ellos dos.

-¡Que los cumpla feliz! ¡Que los cumpla feliz! ¡Que los cumpla Santino! ¡Que los cumpla feliz!

Bastian, quien era el que tenía agarrado de la cintura al pequeño, junto a su mujer se agacharon hasta la altura de la torta y soplaron hasta apagar la única velita que había.

-¡Bravo!-exclamo Danna dando pequeños aplausos al ver la sonrisa de su pequeño-Te amo…-le susurro antes de darle un beso en las regordetas mejillas.

Tres horas después la casa se había vaciado, solamente quedaban los indicios de lo que había pasado y Danna era la encargada de limpiar todo eso, mientras que una habitación de color celeste la cosa era totalmente distinta.

-Mientras te acuno y te quedas dormido, y es tu amor sin condición...el que me hace sentir cada día, que soy alguien especial...

Bastian acostumbraba a cantarle su canción cada vez que le tocaba dormirlo, y ese día no era la excepción, sentado en la mecedora que la madre de su mujer les había regalado, disfrutaba cantarle aquellas palabras que un año atrás le había escrito especialmente a él.

Santino con su cabeza apoyada en el hombro de su papá, no le quitaba la vista de encima, sus manitos acariciaron todo el rostro de Bastian, mientras aquel hombre grande se dedicaba a mecerlo, aunque aquel pequeño ser no sabía expresarlo adoraba ser acunado de esa forma y escuchar aquellas palabras que noche por medio su padre le dedicaba.

Poco a poco tanto los ojos de Santino como los de Bastian se fueron cerrando, perdiéndose ambos en un sueño profundo, en un sueño donde se encontraban juntos.

-Cari…-pero Danna se interrumpió al ver una de las imágenes mas tiernas: padre e hijo abrazos y dormidos, una imagen para congelar.
Y descolgarte mil estrellas para que no tengas miedo si me voy
duerme tranquilo porque siempre pienso en ti
y si te pierdes yo te encuentro
porque tu vives en mi
sueña conmigo porque siempre pienso en ti...

-¡Vamos campeón! ¡Eso es! ¡Un pasito mas!-le gritaba entusiasmado Bastian desde el otro lado de la sala.

Domingo frío de otoño, ¿Qué mejor plan que pasarlo en familia? Los tres se habían levantado tarde y almorzado en la cama, luego se dedicaron a ver las películas de Disney favoritas del príncipe de la familia y ahora se encontraban en la sala intentando enseñarle a caminar.

-Poco a poco…-le decía dulcemente Danna sin soltarle ninguna de las manitos…-Un piececito adelante y luego el otro…

Al otro lado, Bastian no se cansaba de estirar sus brazos para recibirlo en cualquier momento, Santino solamente reía al dar otro paso mas hasta que comprendió lo que sus padres querían y como quiere la cosa, y tomando por sorpresa a los dos mayores, se soltó de las manos de su madre y dio su primer trotecito atolondrado hasta quedar acorralado en los brazos de su padre.

-¡Ay me muero!-exclamo Danna con sus ojos llenos de lagrimas y su manos aferradas sobre su corazón.

-¡Campeón lo lograste!-exclamo Bastian levantándose y dando vueltas con el
niño que no paraba de llorar…

Puedo, sentirte en cada rincón
y aunque este lejos me llevo el recuerdo
de los momentos que pasamos juntos los dos
me cuesta tanto estar sin ti...
que cuando duermo te busco en mis sueños,
para acomodarte en mi
te doy las gracias por ser mas que todo,
por tu bella incomprensión,
tu luz no suma uno, a este mundo de dos


-¡Papá dale que llegamos tarde!-le gritaba Santino desde la puerta de calle…-¡Viejo…!

-Ya estoy, ya estoy…-Bastian apareció colocándose la camisa sobre la remera, llevaría sus treinta años encima pero siempre se vestiría a la ultima moda…-No se a quien habrás sacado lo impaciente que eres…

-¡Te escuche Fernández!-tanto Santino como Bastian largaron una carcajada al escuchar la voz llena de impaciencia de Danna que estaba ya al lado de auto esperándolo…

-Sabes que te amo igual…-le dijo Bastian robándole un beso cuando llego junto a ella…-¡Uy bueno mal humor ya nos vamos!-y ahora una pequeña palmada fue a parar a la espalda de su hijo luego de que este lanzara un bufido molesto.

Sábado por la tarde, los tres se dirigieron hacia el club donde Santino jugaba el deporte que su viejo le había heredado: rugby, a los nueve años fue la primera vez que tuvo aquella pelota ovalada entre sus brazos y desde ese mismo instante sintió la pasión por aquel deporte, la adrenalina de correr por todo el campo, de chocarse con otros cuerpos, y Bastian se encargo que cada rato que tuvieran libre disfrutaron juntos de eso, sea practicándolo, viendo algún partido por la televisión o yendo a las canchas a verlos en vivo y en directo.

Y ese día, aquel sábado, Santino con trece años jugaba su primer final con el equipo de rayas blancas y rojas, ALUMNI el equipo de su viejo y ahora el equipo del pendejo.

-¡Vamos Santi!-Danna le daba aliento desde la tribuna…-Ay ojala que no le duela mucho el hombro…Esta jugando infiltrado…-le comento a su madre mientras se mordía los labios nerviosa, estaba claro que Santino siempre sería su pequeño bebe.

-Marian nuestro hijo es un fierro, la va aguantar como sea…-decía orgulloso Bastian…-¡Vamos ALUMNI carajo! ¡Vamos Tino a romperla en la cancha!-exclamo a todo pulmón cuando el equipo salió al campo.

Luego de que el arbitro diera el pitido inicial, los nervios en cada persona que estaba sentada en la tribuna se incremento, Danna se aferraba fuertemente a la mano de su madre cada vez que veían que Santino se llevaba puesto a alguien del equipo contrario y veían la cara de dolor que hacía, Bastian se dedicaba a gritarle cosas de aliento y sumarse a los cantitos de la hinchada, su hijo no tendría que notar el miedo que sentía por dentro de que fuera lastimado sino que tenía que ver lo orgulloso que estaba al verlo jugar.

Faltaban diez segundos para que el partido acabe y el equipo de camiseta roja llevaba la ventaja por dos puntos, ALUMNI solo tendría que lograr hacer un try para sacarle ventaja y coronarse campeón del campeonato local.

Santino se encontraba libre, nadie lo marcaba y esperaba que Federico se diera cuenta de eso, ya que la mayoría del equipo contrario estaba frente a él.

-¡Fede pásame la pelota ya!-grito a todo pulmón.

Federico lo escucho y con toda la potencia que pudo se la lanza, sin perder minuto de suma importancia Santino corrió hasta atraparla y en ese mismo momento se concentro en llevar a la zona de marca, esquivo a uno, empujo a otro, volvió a esquivar a otro y…

-¡Ay ganamos!-grito Danna llena de felicidad…

-¡Si! ¡Lo logre!-exclamaba Santino dándole pequeños golpes al césped mientras todos sus compañeros se le tiraban encima festejando.

-¡Mami! ¡Abuelos!-exclamo al verlos llegar a las gradas y lleno de emoción se abrazo a su madre, quien lloraba de felicidad.- ¿Y el viejo?-pregunto luego de separarse de su abuelo.

-Esta haya afuera, esta emocionado hasta las canillas…-le respondió su abuelo riéndose, todo era felicidad en aquel momento.

Santino volvió a abrazarse a aquellas tres personas mas que importantes en su vida y a otras que pasaban a felicitarlo, cuando logro alejarse del tumulto corrió hacia donde le habían dicho que su padre se encontraba, luego de pegarse una corrida lo encontró apoyado sobre una pared con la mirada fija en el cielo, podía ver su rostro empapado de lagrimas.

-Viejo…-dijo para hacerse notar y cuando su mirada se cruzo con la de Bastian entendió todo, entendió que él había vuelto a revivir su época de jugador, había vuelto a verse reflejado en él…-¿Jugué bien no?

-¿Me lo preguntas enserio?-le pregunto con una sonrisa…-¡Ven acá campeón! Estoy orgulloso de vos, fuiste el mejor y no lo dudes…

-Lo se…Solo quería escucharte decirlo…-le confeso todavía abrazado a él.

Para Bastian su jugador favorito del rugby era Santino Fernández y para Santino su jugador favorito era Bastian Fernández.

Y descolgarte mil estrellas para que no tengas miedo si me voy,
duerme tranquilo porque siempre pienso en ti,
y si te pierdes yo te encuentro porque tu vives en mi...
Sueña conmigo porque siempre pienso en ti.

Nunca en su vida se había imaginado que la vida le traería el ser mas hermoso de su vida, Santino había llegado en una madrugada lluviosa y desde ese mismo instante le había echo un giro completo a su vida.

Cada día se dedicaba a verlo horas enteras, no le importaba si estaba jugando o si estaba durmiendo, Bastian disfrutaba verlo en cada una de sus actividades y se pregunta como podía amarse tanto a alguien.

Cuando tuvo por primera vez varicela, no le importo tomarse casi un mes de licencia en el trabajo para quedarse a su lado cuidándolo, ya que su mujer nunca había tenido esa enfermedad y no podía estar cerca, Bastian disfrutaba estar con él jugando a los videos juegos, viendo partidos, comiendo o haciéndole bromas a Danna.

Cuando Santino le dijo que quería jugar rugby profesionalmente luego de haber ganado su primer campeonato, lloro de la emoción y salto de la alegría, desde ese día ambos habían hecho la promesa de darlo todo, no importaba que los entrenamientos fueran a las seis de la mañana en la otra punta de la ciudad, ni los constantes cambios de clima, Bastian no se perdía ningún entrenamiento ni partido de su hijo, él junto a Danna siempre estaban en la tribuna alentándolo.

A Bastian nunca le explicaron el dolor que se siente al ver a un hijo llorar, eso paso cuando a los diecisiete años Santino llego un día del colegió lleno de lagrimas porque la chica de quien se había enamorado se mudaba de ciudad y no podían seguir estando juntos, ese día se dedico a estar con él, a escucharlo, a consolarlo cuando rompía a llanto y a contenerlo cuando quería romperlo todo.

Tampoco le explicaron a Bastian la felicidad que puede invadirle por dentro cuando un hijo llega lleno de felicidad a su casa y no hace mas que saltar y gritar, eso paso una tarde de verano cuando Santino regresaba del club y lo primero que dijo fue “¡Lucia volvió y para siempre!”, desde ese mismo instante Bastian se dedico a ayudarlo a reconquistar a la chica que tenía loco a su hijo y su corazón estallo de felicidad cuando un mes después, Santino volvió a casa y se paro frente a Bastian para decirle “Viejo estoy de novio…Con Lucia…”

Ahora con sesenta y cinco años, Bastian no le puede pedir nada mas a la vida, había visto crecer a su hijo, había visto a Santino convertirse en niño, luego en adolescente, luego en hombre y finalmente en padre (el día que Santino le puso en sus brazos a su pequeño hijo y le dijo que se llamaba Bastian, lloro como un pequeño niño), pero ahora la vida le decía que había llegado el momento de partir, hacia meses que Danna ya no estaba a su lado y era hora de encontrarse con ella.
No tengas miedo si me voy...
Duerme tranquilo porque siempre pienso en ti...

Durante tres meses largos, Santino se encargo de cuidarlo como Bastian lo había echo con él toda su vida, se había dedicado horas enteras a estar a su lado para cuando el viejo abriera los ojos viera una cara conocida.

Durante tres meses, Santino intento prepararse psicológicamente y emocionalmente para la despedida, pero nunca se esta preparado para eso, nunca se esta preparado para decirle adiós a una de las personas que amas mas que tu vida.

El adiós se dio una noche de invierno, en las calles llovía torrencialmente, el viento recorría velozmente cada calle de la ciudad y no le importaba detenerse a pensar que sucedería en cada casa, solo se detenía en aquella habitación, era la misma habitación donde tuvo que darle el adiós a su madre.

Santino se encontraba apoyado contra el marco de la puerta y no quitaba su vista de su padre, estaba pálido, todavía podía sentir el ultimo apretón que le dio hace unas horas atrás cuando lo había dejado para que durmiera su siesta, cuando volvió la calidez se había ido y le había dado paso a un frío helado.

-Señor es hora de retirar el cuerpo…-le comunico un enfermero, su mujer se había encargado de hacer los trámites correspondientes.

-Un minuto nada mas…-le pidió y el enfermero se lo cedió, inhalo una bocanada de aire y se acerco hasta la cama, se sentó a su lado y sin impedir que sus lagrimas se escaparan se despidió por ultima vez, no encontraba palabras para decir así que decidió por cantarle la ultima estrofa de la canción que un día Bastian le escribió.

- Y si te pierdes yo te encuentro porque tu vives en mi...sueña conmigo porque siempre pienso en ti

Aqui este corto, uno de mis favoritos, con los personajes verdaderos Smile
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lillyana
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lillyana


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MensajeTema: Re: Para acomodarte en mí.   Para acomodarte en mí. Icon_minitimeDom Ago 21, 2011 1:53 am

PURO AMOR DE PADRE E HIJO, BASTANTE TRISTE VER MORIR A LOS PADRES, PERO ES UN CICLO POR EL Q HAY Q PASAR
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